Una breve introducción a la relación entre lógica y el método científico

La lógica es un concepto que empezamos a usar de pequeños cuando descubrimos cómo una cosa se conecta con otra, pero pocos tenemos la suerte de que nos enseñen a usarla como una herramienta que para procesar información

Aristóteles fue el primero en desarrollar el concepto de lógica, con lo que hoy en dia se conoce como lógica aristotélica o lógica formal, como una herramienta para sacar conclusiones a partir de dos premisas. De su trabajo, quizá el concepto más conocido es el del silogismo, que simplemente hace referencia a tener dos premisas en la que alguno de los elementos es igual, y usar esta similitud para crear una tercera proposición que nos permita obtener información que no estaba en el mensaje inicial.

Esto puede sonar bastante confuso, pero con un ejemplo es mucho más facil de ver.

Digamos que tenemos la frase “Sócrates es humano”, “Todos los humanos son mortales” por lo que “Sócrates es mortal”.  Este simple ejemplo nos permite ver como la lógica y los silogismos, nos permiten obtener información que no tenemos desde un principio. Esta herramienta puede ser muy útil, y Aristóteles y sin fin de sucesores desarrollaron técnicas para facilitar su uso, pero debemos recordar que la lógica sólo tiene sentido como herramienta si tenemos unas premisas adecuadas. Y aquí es donde entra el método científico.

El método científico es un “modelo mental”, que nos facilita el proceso de validar las premisas. El método científico se basa en crear hipótesis, que puedan probarse como ciertas o falsas, y realizar experimentos y observaciones que nos permitan testear nuestras hipótesis. Una vez que tenemos estas hipótesis, podemos usar las herramientas de la lógica para hacer deducciones, o para plantear relaciones que nos lleven a crear nuevas hipótesis, siempre teniendo en cuenta que las hipótesis son “ciertas hasta que se demuestre lo contrario”.

Esto significa, que aunque hayamos hecho los experimentos pertinentes, es importante recordar que una hipótesis siempre depende de lo que sabemos de ese campo, nosotros como individuos y la humanidad como especie, y de las herramientas que tenemos. Ambas pueden tener errores, sea por sesgos cognitivos, o limitaciones tecnológicas, por lo que debemos ir con cuidado sobre todo cuando se trata de decisiones de alto riesgo, aquellas en las que perder una vez puede significar perderlo todo.

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