Toda ventaja es momentánea

Solemos asumir que cuando descubrimos algo o tenemos una buena idea, la ventaja que nos aporta es eterna. Asumimos que podremos sacarle partido durante toda nuestra carrera, o al menos durante todo un proyecto.

Pero la realidad es diferente. La probabilidad de que nuestras técnicas y estrategias sean útiles se reduce en proporción al número de personas interesadas en nuestro campo, y su capacidad para comunicarse. Cuantas más personas haya, y más fácil sea el proceso de comunicación, menor será la probabilidad de que nuestra ventaja se mantenga en el tiempo.

Un gran ejemplo de esto es la teoría del management de Frederick Taylor. Su teoría era bastante simple, si dividimos los pasos para producir un producto, preparamos a personal para que se especialice en una parte del proceso, y ofrecemos incentivos de aumento de salario según su producción, podemos aumentar las ganancias.

Este simple modelo fue uno de los más útiles en la era industrial, y permitió que las empresas que lo utilizasen sacasen beneficios. Pero con el tiempo perdió su utilidad por varias razones:

  • El modelo solo se podía aplicar principalmente a fábricas de la era industrial y no tanto en la actualidad
  • Solo tenía en cuenta incentivos económicos. Con la mejora de las condiciones, cada vez esperamos que los trabajos nos llenen en más dimensiones
  • El modelo pierde efecto cuando la gente sabe que estás intentando controlarles. Apreciamos nuestra libertad ante todo, y aun si algo nos permite generar ganancias superiores, si afecta a nuestra sensación de libertad, lucharemos con uñas y dientes por recuperar la libertad que creemos haber perdido.
  • Cuantos más competidores conocen el método, menor es la ventaja, hasta que al final desaparece cuando todos usan el mismo.

En su caso fueron décadas antes de que perdiese su utilidad. Pero en la capacidad de comunicarse de las personas, así como el aumento del número de personas con las que competimos como resultado de la globalización y el aumento de población, significan que cualquier ventaja durará mucho menos, años si tenemos suerte o meses, o días si tenemos mala suerte.

Sin importar lo importante que creamos que es nuestra ventaja, es probable que solo sea pasajera. Lo importante no es conseguir ventajas, sino saber como sacarles el máximo partido antes de que dejen de serlo.

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