La diferencia en cómo procesamos información no suele ser a propósito. El bias de confirmación, o sesgo de confirmación, hace que prioricemos información que pueda ayudar a lo que queremos lograr y lo que creemos, y a dar menos importancia a información que no queremos tener en cuenta. Este exceso de confianza, es algo que todos tenemos en mayor o menor medida, y se basa simplemente en creer que sabemos más de lo que sabemos con certeza, lo cual lleva a que midamos mal las probabilidades y los riesgos reales.
Ejemplos del bias de confirmación son como tendemos a recordar únicamente los casos de éxito cuando queremos defender una idea de negocio o el camino del emprendedor, o como podemos apostar en acciones que están en crecimiento sin entender el contexto real de este crecimiento, podría ser que simplemente acaban de recibir crédito y por lo tanto ese aumento no está relacionado efectividad económica.

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