¿Qué es la fatiga de decisión?

La fatiga de decisión, es el término con el que se conoce al proceso de reducir nuestra capacidad de tomar decisión o hacer tareas complejas, a medida que vamos tomando decisiones durante el día. De forma que cuantas más decisiones tomemos cada día, mayor será la fatiga de decisión y menores nuestras capacidades a la hora de decidir al final del día.

Sin importar lo racionales que seamos, o creamos que somos, no podemos tomar decisión tras decisión sin pagar un precio a nivel cognitivo. A diferencia del cansancio físico, este cansancio a nivel mental es difícil de detectar de forma directa, y su principal síntoma es un aumento de la impulsividad de nuestras acciones.

Esta impulsividad nace del deseo de nuestra mente de descansar y por lo tanto de su uso de “atajos mentales”, que suelen basarse en dejar de usar nuestro sistema 2, el pensamiento calmado y racional, a usar el sistema 1, el pensamiento intuitivo y emocional, o simplemente procrastinar y decidir no hacer nada.

Se estima que el adulto promedio toma más de 35,000 decisiones por día. En un día dado, cada uno de nosotros está lidiando con todo, desde decisiones bastante simples (¿Qué debo usar para trabajar?) hasta decisiones extremadamente estresantes e impactantes (¿Deberíamos cambiar el negocio?). 

Al igual que el dinero, nuestro tiempo y energía son recursos finitos y valiosos, debemos protegerlos y sacarles el máximo partido. Una de las formas clave de hacerlo es evitar uno de los sumideros que agotan el tiempo, la energía y nuestra fuerza de voluntad: la fatiga por tomar decisiones, conocido como decision fatigue.

El proceso de depleción de energía seria el siguiente:

  • Primero, tenemos que sopesar las opciones, lo que requiere mucha energía. 
  • Entonces tenemos que comprometernos con una elección, que requiere fuerza de voluntad. Podemos pensar en tu fuerza de voluntad como en un músculo. Cada vez que lo ejercemos, se desgasta un poco.Varios estudios, entre ellos algunos por el Dr. Baumeister, han demostrado que la fuerza de voluntad es un recurso finito, y que cuantas más decisiones tengamos que tomar, más difícil sera que tengamos energía para hacer lo que debemos cuando importa. 
  • Al final de cada día, hemos tomado docenas, o cientos, de decisiones, que van desde pequeñas, como qué calzoncillos usar, hasta grandes, como cómo darle una mala noticia a un amigo o decidir si cambiar de trabajo.

Ninguna de esas decisiones es necesariamente abrumadora de por si, pero cumulativamente pasan factura y nos dejan cada vez más cansados. La forma más sencilla de evitarlo es minimizar la cantidad de decisiones que tenemos que tomar cada día. Y para ello, el autor nos recomienda aprender a automatizar, así como aumentar la efectividad de nuestros procesos. 

Desarrolla rutinas que te permitan eliminar la necesidad de pensar en cosas que no están relacionadas con lo que quieres conseguir. Si puedes usa la misma ropa o prepararla de forma que sepas que ponerte en cada momento en vez de estar pensando constantemente en qué ponerte. Prepara los mismos platos una y otra vez para evitar tener que pensar en que tienes que cocinar, y si haces que tengan un buen balance nutricional te aseguraste de que estás comiendo lo que debes sin tener que pensar demasiado.

Al crear nuestro guardarropa cápsula, seguiremos el ejemplo de Steve Jobs, que tenían un armario lleno de las mismas prendas, de forma que redujo a cero la necesidad de pensar en qué ponerse cada día. También podemos aplicar un enfoque similar a otras tareas cotidianas, como por ejemplo comer siempre lo mismo cada día, o tener cinco o seis comidas entre las que ir rotando. De esa forma podemos evitar tener que tomar todas las decisiones involucradas en la planificación de las comidas.

Al automatizar nuestras tareas diarias, tendremos tiempo, energía y fuerza de voluntad para dedicarnos a nuestras metas a largo plazo. Seremos capaces de priorizar este último, reservando nuestros recursos internos para el trabajo importante.

¿Qué causa la fatiga de decisión?

Una de las razones detrás de este cambio a nivel cognitivo, se debe a los cambios en nuestros niveles de glucosa. Cuando tenemos menos glucosa en sangre se produce un aumento de las decisiones intuitivas y la irritación, esta es la razón por la que tomar un descanso y comer algo nos puede ayudar a recuperar parte de nuestra capacidad de decisión. 

El bajo nivel de glucosa que vemos no se debe a que no tengamos glucosa en el organismo o que no podamos producirla por nuestra cuenta, sino simplemente a los ciclos de la insulina y su efecto de inducir una reducción de la glucosa en sangre cuando llevamos tiempo sin comer.

Aunque otro enfoque para conseguir lo mismo es el de usar una dieta ceto, debido a que esta nos permite usar otras fuentes de energía para el cerebro que tienen una mayor duración, debido a que las podemos obtener de las reservas de grasa.

Otro de los factores que lo controla es nuestro cronotipo. Daniel H. Pink, en su libro ¿Cuándo? La Ciencia de Encontrar el Momento Preciso, explica que nos dividimos principalmente en 3 tipos de cronotipo, las alondras, que trabajan mejor por las mañanas y tienen bajones a partir de las doce, los búhos, que trabajan mejor por la tarde y noche y tienen mas dificultades por las mañanas, y los pájaros mañaneros que se encuentran entre ambos.

Descubre nuestros mejores artículos en tus redes favoritas

Domina lo mejor de lo que otras personas han descubierto

Únete a Nuestra Newsletter y descubre las mejores ideas, conceptos y prácticas de una amplia gama de disciplinas.