¿Qué es el pensamiento contrafactual o pensamiento contrafáctico?
En psicología, la visualización de posibles resultados hipotéticos se conoce como pensamiento contrafáctico/contrafactual o basado en alternativas. Es una herramienta útil para aprender de nuestras experiencias y es una buena forma de comparar los resultados potenciales con el resultado que conseguimos.
Por ejemplo, si estamos haciendo una entrevista para un trabajo, podemos reflexionar sobre las pocas entrevistas que ya hemos tenido y comparar los resultados anteriores con los resultados que esperaríamos de la actual. ¿Cuáles son las preguntas que serían difíciles de responder? ¿Hay algo de lo que no queremos que hable el entrevistador? Si este es el caso, ¿cómo debemos responder? Cuánto más podamos prepararnos para el próximo intento más probabilidades de éxito tendremos.
Debería haber, podría haber, tendría que. La mayoría de nosotros tenemos alguna decisión de la que nos arrepentimos. Si las cosas hubieran sido diferentes. Ojalá mi entrevista no hubiera tenido lugar tan temprano en la mañana, o tendría que haber cogido el paraguas por si acaso.
Cambiar el pasado es imposible, sin embargo, debemos mirar al pasado para entender cómo hemos tomado decisiones y seguir mejorando nuestra capacidad de toma de decisiones. No podemos juzgar el resultado de una decisión como si fuera la única posibilidad, en su lugar, debemos examinar múltiples decisiones y los diversos resultados que pueden producir.
Antes de que podamos aprender de nuestras experiencias, primero debemos recopilar información de múltiples decisiones. Cuando consideramos una decisión como un único fenómeno aislado con un único resultado predeterminado, obtenemos un tamaño de muestra de uno lo que no nos permite sacar partido a la estadística.
Los sesgos cognitivos que más nos afectan suelen ser diferentes de lo que más afectan a otras personas. Por eso, es importante estudiar varias de nuestras decisiones para que podamos ver cuales son los que más nos afectan a nosotros como individuos y por lo tanto como reducir nuestras probabilidades de error.
Una buena forma de mejorar la fiabilidad de nuestras decisiones es dedicar algo de tiempo a establecer todas las premisas y la información que tenemos antes de tomar una decisión y el proceso que hemos seguido. De esta forma, una vez que tengamos el resultado habremos completado un “experimento”, que podremos usar para sacar conclusiones sobre nuestro proceso de decisión.

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