Cuando hablamos del sistema económico actual uno de los conceptos que más se asocia es el de la oferta y la demanda. La ley de la oferta y la demanda hace referencia a cómo la relación entre la cantidad de un producto, y la ‘’cantidad de deseo’’ por ese mismo producto llevan a que se establezca su precio.
Según las palabras de Greg Mankiw, la ley de la oferta y la demanda son la clave para entender como cualquier evento afectará a la economía, ya que todo evento tendrá algún efecto sobre la oferta y la demanda de algún producto.
La oferta y la demanda nos permite ver, de forma indirecta, en que dirección va el interés de las personas, que consideran importante y por lo tanto en qué dirección irá la cultura y por ende, en qué dirección ‘’evolucionará’’ nuestra especie, ya que la cultura marca los cánones de belleza y atractivo y estos a su vez controlan nuestra probabilidad de dejar descendencia
Mankiw divide los factores que controlan la oferta y la demanda, siempre que se trate de un mercado perfectamente competitivo y que por lo tanto cumpla con:
1)Todos los productos que se ofrecen son los mismos
2)Los compradores y vendedores son tantos que ninguno tiene el poder de influenciar el mercado, algo que sabemos que nos es cierto debido a nuestros distintos bias, entre ellos el de la prueba social
Si asumimos que un mercado perfectamente competitivo es el que cumple con estas condiciones, podemos explicar los cambios en la oferta y la demanda según los siguientes factores:
- Precio. De forma simplificada, la ley de la demanda explica lo siguiente: Un aumento del precio implica una reducción de la demanda, y una reducción del precio puede llevar a un aumento de la demanda.
- Ingresos. La demanda, está relacionada con nuestra capacidad de producir dinero y la seguridad que sentimos. De forma que si perdemos nuestra fuente de ingresos, dejaremos de sentirnos seguros porque no sabremos cuando podremos recuperar cualquier inversión y con ello caer la demanda.
Pero esto no pasa con todos los productos o servicios, hay ciertos productos y servicios que ven un aumento en su demanda si se reducen los ingresos, y que se conocen como ‘’productos o bienes inferiores’’, suelen ser opciones más baratas pero con menor comodidad o que no nos dan tanto estatus o que implican usar más tiempo y que solemos evitar cuando los ingresos son altos.
- Precio de bienes relacionados. La demanda por un producto no está relacionada únicamente con la situación del comprador, sino también con la oferta de otros productos que pueden cumplir con la misma función o satisfacer la misma necesidad. De forma que al aparecer netflix y Youtube cayó la demanda de la televisión.
- Gustos. Este factor también controla la demanda y está relacionado con el contexto cultural de cada momento y la psicografía a la que pertenecemos.
- Expectativa. Esto hace referencia tanto a lo que esperamos de nuestra situación personal como consumidores, como de lo que esperamos del producto en si. Por ejemplo, hoy en día se sabe que las acciones de Amazon seguirán creciendo, y por lo tanto su demanda, debido a la expectativa de futuro, aumenta.
De la misma forma, cuando Tesla tuvo un incendio en una de sus fábricas cayo el valor de sus acciones debido a la caída de la demanda, pero este cambio basado en la expectativa puede cambiar.
Pero el mundo real no se basa en mercados perfectamente competitivos y hay miles de formas para poder modificar el precio de un producto sin que baje la demanda. En uno de sus discursos el gran Charlie Munger hace la siguiente pregunta:
¿En qué situaciones podríamos aumentar el precio de un producto y aún así aumentar el número de ventas, es decir, la demanda?
Al hacer esta pregunta muchos de los oyentes se quedan parados sin saber qué responder, y 1 de cada 50 responde que se puede conseguir simplemente si queremos dar un sentimiento de mayor calidad a nuestro producto.
Y muchos de nosotros nos quedamos en esta respuesta, pero lo que busca Munger es mucho más, Munger quiere que vayamos un paso más allá. Por ejemplo en lugar de hacerlo por calidad, podríamos hacerlo para usar el dinero extra y sobornar a los comerciales para que compren nuestro producto
Otro ejemplo sería simplemente aumentar el precio y dedicar el dinero a aumentar el marketing, ambas son formas de aumentar el número de ventas que, aun siendo obvias, por alguna razón nos cuesta ver, y según Munger esto se debe a que nos falta capacidad de síntesis.
El modelo mental de un economista, basado en la oferta y la demanda, no se detiene a ver las relaciones directas entre los productos sino que busca formas indirectas de sacar un mayor partido a lo que tiene.Y un gran ejemplo de como se ha hecho esto, es el de la industria de la venta de acciones, en las que los fondos sobornaban a los brokers y con ello se aseguraban un beneficio a costa del consumidor.
Formas como esta que juegan con el sistema hay miles, pero si realmente queremos hacer algo de provecho es mucho mejor que nos dediquemos a vender cosas en las que creemos.
Según Charlie Munger y Warren Buffett, el truco está en encontrar aquellas industrias, o sectores en los que es posible crear una diferenciación de nuestros productos de forma que aunque esencialmente sean muy parecidos, a nivel de peso de la marca y marketing, acabemos teniendo la oportunidad de controlar la oferta y la demanda.
Se podría decir que el marketing es una herramienta para modificar el leverage o palanca que tenemos sobre cada mercado, a través de acentuar una diferenciación y sacarle partido a los distintos bias humanos.
Ya que de no existir estos bias, lo único que tendría peso sería la oferta, la demanda y la calidad del producto de forma que al final todo acabaría en manos de aquellas empresas con los mejores productos, donde se pueda diferenciar, o en manos de una multitud de empresas como en el caso de productos como la fruta o las especias.
Para entenderlo pensemos, cuántas veces nos hemos preguntado por la marca de la fruta que comemos, o la marca del azúcar que compramos.
Ninguno de estos productos ha conseguido crear un hueco para explotar el poder de palanca del marketing, y por lo tanto son sectores de pocas ganancias, respecto a lo invertido, y que dependen principalmente de la inversión, siempre y cuando no haya algún problema inesperado.
Según Munger lo que controla los beneficios en estos mercados es en realidad el ratio de ‘’años de poca oferta’’ y ‘’años de gran oferta’’ ya que en los años de poca oferta puede aumentar el precio y con ello la rentabilidad, pero en los años de gran oferta cae el precio.
De esta forma, a nivel de inversiones es mejor elegir aquellos mercados en los que pueda existir una condición de poca oferta controlada durante más tiempo, es decir aquellos mercados en los que se pueda crear y mantener una ventaja competitiva.

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