La innovación y la creatividad

El éxito con el que nuestra empresa conecta no solo con nuestros clientes, sino también con nuestros empleados y proveedores es la clave para gestionar los rápidos cambios del mercado y mantenerse por delante de la competencia. 

Nuestro trabajo como capitanes de nuestra empresa, es aprender a montar las olas del cambio económico. El viejo modelo de éxito tenía empresas que ofrecían el producto al precio más bajo ya no funciona. 

Hoy en día, mientras una empresa trabaja para crear un producto más barato que la competencia, otra empresa está desarrollando un invento que hace que el producto original quede obsoleto. 

Un gran ejemplo de cómo no hacerlo Nokia, una empresa que fue líder en su sector pero que no pudo adaptarse a los cambios. En parte, esto se debe a la mala gestión, que no aprendió de sus errores pasados y no anticipó las tendencias y estrategias futuras. Disney, en cambio, hace las cosas de forma un poco diferente.

Los modelos de negocio tradicionales tienen dificultades para sobrevivir en el entorno digital. Para seguir adelante, es esencial aprender a sacar partido a la información. Campos como el de la ciencia de datos, inteligencia artificial, y automatización, están cobrando cada vez más importancia, reduciendo gastos, y convirtiéndose en la diferencia entre las empresas que multiplican sus ingresos y las que caen. Según el autor, como lideres y managers en nuestras empresas, debemos aprender a aplicar el método cientifico.

Para hacerlo, debemos empezar por entender que información tenemos actualmente, y a que problemas nos enfrentamos. Una vez que sabemos esto, el próximo paso es ver que soluciones hay en la actualidad, y que necesitamos para aplicarlas. Es probable que no todas funcionen, y seguramente algunas sean mejores que otras para nuestra situación. 

Una empresa de éxito no solo necesita inventar cosas para cambiar el mercado, sino también adaptarse  a los cambios en el mercado.

La innovación es un proceso constante y pasa a nuestro alrededor. No solo con smartphones o Internet, sino también con sistemas de datos y aviones. Toda esta innovación ha dado lugar a conexiones cada vez más complejas. 

Las empresas ahora están interconectadas dentro de redes que trascienden una sola empresa y están unidas a una red internacional de proveedores e intermediarios. Esta red es evidente, por ejemplo, en cómo se produce una simple chocolatina. El abastecimiento y procesamiento de aluminio ocurre en Australia, la cosecha de hoja de cacao ocurre en América del Sur, la vainilla se extrae de las orquídeas mexicanas. 

Y esto no se limita a los productos físicos, el peso de la economía interconectada está apareciendo en formas que antes eran poco prácticas o imposibles. Internet y las redes sociales, por ejemplo, permiten a los clientes dar feedback directo a las empresas. 

El diseño de productos es otra área donde el tipo y la fuerza de las conexiones son importantes. Lo que es más, cuanto mayor sea el número de empleados que trabajan en un determinado producto, más complejo puede llegar a ser ese producto. Todos estamos conectados: líderes y empleados y procesos y productos, y es nuestro trabajo tomar los pasos necesarios para asegurarnos de que nuestro negocio sobreviva en un mundo interconectado.

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