Podemos creer que discutir nuestra meta con nuestros amigos o familiares nos mantendrá encaminados. Sin embargo, varios estudios demuestran que las personas que discuten sus objetivos tienen menos probabilidades de alcanzarlos.
Por ejemplo, si les decimos a nuestros amigos que vamos a escalar el monte Everest, admirarán nuestro coraje. Y al recibir el chute de dopamina por su reacción estaremos menos decididos a continuar porque hemos visto que podemos conseguir algo de recompensa sin hacer nada.
Otro elemento a tener en cuenta es evitar pensar en el objetivo en sí mismo una vez que nos hemos propuesto alcanzarlo. Nuestra vida diaria debe centrarse en los pasos que daremos para llegar allí, porque concentrarse únicamente en el resultado solo aumentará la frustración que sentimos cuando fallamos.
Las personas con éxito dividen sus objetivos en pequeños pasos incrementales que se pueden practicar como una rutina diaria, o lo que se conoce como un proceso. Podemos lograr pequeñas recompensas de forma regular y con ello conseguir los pequeños chutes de dopamina necesarios para seguir, asi como el feedback necesario para mejorar.
Esto alimentará nuestro deseo de trabajar más duro. Por ejemplo, cuando el autor empezó a escribir para Inc.com, le pagaban 0,0095 céntimos por vista de sus publicaciones. Se propuso lograr un promedio de visitas por mes porque la compensación mensual por el página web tenía un tope de €10,000. Se concentró en desarrollar una estrategia para lograr este objetivo después de establecerlo.
Escribió un nuevo post al día, sin falta, y se aseguró de enviar por correo electrónico una nota de agradecimiento a las tres personas más influyentes que tuitearon su publicación, lo que lo ayudó a hacer conexiones y construir relaciones. Se puso en contacto con un director ejecutivo, una celebridad influyente o un empresario que pensó que podría ser una buena fuente para futuros artículos. Agregó tres elementos a una lista continua de excelentes titulares para mejorar su capacidad de crear titulares virales. Para acabar, examinó sus publicaciones más recientes, analizando páginas vistas, veces compartidas, me gusta y tweets para determinar qué les interesaba a los lectores.
Solo consiguió 35,000 visitas en el primer mes. Sin embargo, después de cinco meses de apegarse a su proceso, estaba recibiendo 2,1 millones de visitas al mes. Su rutina diaria no había cambiado, pero su proceso le había permitido desarrollar las habilidades, la confianza y la perseverancia que lo ayudarían a alcanzar su meta.

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