Una de las causas del fracaso es el hábito de abandonar cuando encontramos obstáculos. R.U. Darby fue uno de los vendedores de seguros con más éxito del país. Cuando se le preguntó qué lo motivaba, contó la historia de su tío.
El tío de Darby viajó en busca de oportunidades durante los años de la fiebre del oro para hacerse rico. Cavó en los campos hasta que descubrió el mineral, luego compró el terreno y la maquinaria de minería para extraer el oro.
Pero, cuando comenzó a cavar de nuevo, la vena de oro que había descubierto estaba a punto de “secarse”. Cavó un poco más, pero no pudo ver más oro. Se dio por vencido y vendió la maquinaria y se fue a casa.
El comprador del terreno y la maquinaria en cambio no se dio por vencido. Contrató a un ingeniero para que examinara el terreno, y este le dijo que seguía habiendo un depósito lleno de oro un poco por debajo de donde había dejado de excavar el tío de Darby. Con esta información, pronto se hizo millonario.
Cada vez que pasaba por un bache Darby recordaba la historia de su tío, y se decía a sí mismo que si paraba ahora, sería como su tío. Habría parado cuando a unos pocos metros había un “depósito lleno de oro”.
Muchos de nosotros nos damos por vencidos a la primera señal de adversidad o mala suerte. Pero los que llegan, son los pocos que continúan a pesar de eso. Esos pocos se convierten en los Jeff Bezos, Bill Gates, Steve Jobs, Tim Ferris, Leonardo Da Vinci y Elon Musk. Cuando nos enfrentemos a una derrota temporal, debemos verlo como una señal de que debemos revisar nuestros planes y aprender.
Todos somos conscientes de cómo comer sano. Pero muchos de nosotros elegimos comer mal. Porqué el impacto negativo no es obvio. Si comer una hamburguesa con queso y nos causara un ataque al corazón justo al acabarnolsa, ¿Nos comeríamos otra hamburguesa con queso?
Probablemente no, pero esto es lo que puede pasar después de 20 años de malos hábitos alimenticios. El éxito, como el fracaso, llega gradualmente. Nuestras decisiones del día a día deciden nuestros resultados. Las trivialidades de la vida se suman con el paso del tiempo, pero no parecen importar en este momento. La diferencia entre el éxito y el fracaso es pequeña y es fácil pasarla por alto. Es posible que las personas que no tienen éxito no se den cuenta, pero viven según la filosofía de que “lo que haga ahora no importa”. Pero es significativo. Las personas con éxito entienden esto y lo usan para proteger su salud, satisfacción, relaciones y futuro.

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