El nacimiento y desarrollo sistemático de la retórica comenzó en la antigua Grecia. El sistema de democracia ateniense permitía que todo varón ateniense pudiera participar en las decisiones de la ciudad estado. Todos ellos tenían el derecho de hablar y defender ideas o acciones que consideran correctas. Pero el gran número de participantes y diversidad de puntos de vista creó la necesidad de tener una forma efectiva de transmitir ideas, y este fue el nacimiento de la retórica.
Cuanto mejor fuese la capacidad de convencer de cada uno, mayor sería su éxito dentro de la ciudad. Donde hay éxito a nivel de reputación, pronto sigue la recompensa económica y el nacimiento de escuelas, lo que hoy en día vemos como cursos online, para educar sobre cómo realizar la disciplina. La primera escuela nació en el siglo 5 AC y fue la de los sofistas , diferentes a los sofistas árabes .
Las escuelas más importantes de los sofistas fueron las de Gorgias e Isócrates. A cambio de enseñarles cómo hablar y por lo tanto la posibilidad de conseguir poder político, los alumnos pagaban grandes sumas, convirtiéndolo en unas de las primeras agencias de marketing de la historia.
Las clases se basaban en analizar poesía, definir partes del diálogo, y explicar los distintos tipos de argumentos. También enseñaban cómo convertir argumentos “débiles” en buenos argumentos a través de recursos literarios. Hasta el punto de considerar su gancho la capacidad de ganar cualquier debate incluso sin conocimiento del tema. Razón por la que hoy en día se usa el sofismo como un término despectivo, equivalente a falacia.
La imagen negativa era tal que Socrates fue ejecutado por ser un Sofista, aun cuando su postura era opuesta a la que llevó a Socrates a perder el juicio. Y esto lo conseguían gracias a que, el uso de analogías, metáforas y juegos de palabras permitía a los sofistas convertir casi cualquier argumento en uno correcto.
Pero la posibilidad de que algo pueda tener usos indeseados no es razón suficiente como para dejarlo de lado. Aristoteles , alumno de Platón y por lo tanto de la escuela Socrática, consideraba el uso excesivo de la retórica como algo negativo, pero usado en la justa medida, su utilidad para mejorar argumentos lógicos es innegable.
En su tratado, El Arte de la Retórica , establece las bases del sistema para la comprensión y enseñanza de esta disciplina. Según Aristóteles la retórica es la capacidad de observar en cualquier caso, los métodos disponibles para la persuasión. El filósofo defiende el uso de la razón como principal método para convencer, pero entiende que hay situaciones en las que el público no busca solo lógica sino también entretenimiento.
En estos casos la retórica se convierte en el azúcar para beber la amarga medicina llamada lógica. El sistema de retórica de aristóteles se basa en los siguientes principios:
● Los 3 mecanismos de persuasión (logos, pathos y el ethos)
● Los 3 géneros de la retórica (deliberada, forense y epidíctica /demostrativa)
● Temas retóricos
● Partes del diálogo
● Uso efectivo del estilo
La retórica en el antiguo imperio romano
La era del antiguo imperio romano es conocida por el desarrollo de la filosofía estoica con exponentes como Epicteto, Séneca y Marco Aurelio, conocidos por la claridad de sus ideas e impacto de su prosa. Pero de la misma forma que el estoicismo nació en la antigua Grecia y siguió su desarrollo en la antigua Roma, la corriente del sofismo filosófico también se siguió desarrollando en Roma con autores como Ciceron.
El sofismo romano cobró un sabor diferente al griego. Los romanos, con Ciceron y Quintillano a la cabeza, destacan los elementos estilísticos, las metáforas y las historias, lo que todos conocemos hoy en día como storytelling, en lugar de los argumentos lógicos. Se podría decir que la fama de la relación entre demagogia y sofismas alcanza su cumbre con Ciceron.
La retórica se desarrolló lentamente en la antigua Roma, pero empezó a florecer cuando el imperio conquistó Grecia y empezó a ser influenciado por sus tradiciones. Aunque los antiguos romanos incorporaron muchos de los elementos retóricos establecidos por los griegos, se apartaron de la tradición griega en muchos aspectos. Por ejemplo, los speaker y escritores de la antigua Roma dependían más de florituras estilísticas, historias fascinantes y metáforas convincentes y menos del razonamiento lógico que sus contrapartes de la antigua Grecia.
Uno de los maestros de la retórica más famosos que produjo Roma fue el gran político Cicerón. Durante su carrera escribió varios tratados sobre el tema, incluidos Sobre la invención, Sobre la oración y Tópicos . Sus artículos sobre retórica guiaron a las diversas escuelas de retórica hasta bien entrado el Renacimiento.
El enfoque de Cicerón hacia la retórica enfatiza la importancia de una educación liberal. Según Cicerón, para ser persuasivo, un hombre necesitaba conocimientos de historia, política, arte, literatura, ética, derecho y medicina. Al tener una educación liberal, un hombre conectaría con cualquier audiencia a la que se dirigiera.
Algunas de las obras que destacan de Cicerón son De Inventione y De Oratore. Según Cicerón, para ser persuasivo alguien necesita conocimiento en historia, política, arte, literatura, ética, legislación y medicina. Tener educación permite conectar con cualquier audiencia.
El segundo autor destacado de la época romana fue Quintiliano. Cómo muchos de los mejores oradores de su época, su carrera empezó en el campo de la legislación y poco después abrió una para el estudio de la retórica. Quintiliano abrió una escuela pública de retórica. Allí se implementó un sistema de estudio que llevó al estudiante a través de diferentes etapas de formación retórica. En el año 95 dC, Quintiliano inmortalizó su sistema de educación retórica en un libro de texto de doce volúmenes titulado Institutio Oratoria.
Institutio Oratoria cubre todos los aspectos del arte de la retórica. Aunque Quintiliano se enfoca en los aspectos técnicos de la retórica efectiva, dedica una cantidad considerable de tiempo a establecer un plan de estudios que cree que debería servir como base de la educación de cada hombre. , la educación retórica de Quintiliano idealmente comienza tan pronto como nace un bebé. Por ejemplo, aconseje a los padres que busquen a sus hijos enfermos que sean elocuentes y versados en filosofía.
Quintiliano dedica parte de su tratado a desarrollar y explicar los Cinco Cánones de la Retórica. Visto por primera vez en De Inventione de Cicerón, los cinco cánones brindan una guía para crear un discurso poderoso. Los cinco cánones son:
En su obra el autor cubre todos los aspectos de la retórica. La base de las ideas del autor son los . Los 5 cánones son los siguientes:
- inventio : El proceso de desarrollar y refinar los argumentos
- dispositio : El proceso de organizar los argumentos para el máximo impacto
- elocutio : El proceso de presentar, el como, y las figuras que se usan
- memoria : El proceso de aprender y memorizar los discursos para darlos sin usar apuntes. Se basa también en memorizar citas, referencias literarias, y otros hechos que se pueden usar la presentación
- pronuntiatio o actio: El proceso de dar el discurso, practicar como lo hacemos y el lenguaje corporal, pronunciación y tono de la voz.
La retórica en la Edad Media y el Renacimiento
Durante la Edad Media, la retórica pasó del discurso político al religioso. De ser una herramienta para dirigir el estado, paso a ser un medio para salvar almas. Los principales pensadores de la Iglesia, como San Agustín, exploran cómo podrían usar el arte “pagano” de la retórica para convertir a los miembros de otras religiones y predicar a los creyentes.
Durante la última parte del período medieval, comenzaron a formarse universidades en Francia, Italia e Inglaterra, donde los estudiantes tomaron clases de gramática, lógica y retórica. Los estudiantes medievales se centraron en los textos escritos por Aristóteles para aprender teoría retórica y pasaron horas repitiendo ejercicios de memoria en griego y latín para mejorar su habilidad retórica. Sin embargo, a pesar del énfasis en una educación retórica, los pensadores y escritores medievales hicieron pocas contribuciones nuevas al estudio de la retórica.
Al igual que las artes y las ciencias, el estudio de la retórica experimentó un auge durante el período del Renacimiento. Los textos de Cicerón y Quintiliano fueron redescubiertos y utilizados en cursos de estudio; por ejemplo, De Inventione de Quintiliano se convirtió en un libro de texto estándar de retórica en las universidades europeas. Los pensadores del Renacimiento comenzaron a producir nuevos tratados y libros sobre retórica, muchos de los cuales enfatizaron la aplicación de la habilidad retórica en la propia lengua vernácula en oposición al latín o al griego antiguo.
Retórica en la actualidad
El rejuvenecimiento de la retórica continuó durante la Ilustración. A medida que los ideales democráticos se extendieron por toda Europa y las colonias americanas, la retórica pasó del discurso religioso al político. Los filósofos políticos y los revolucionarios utilizaron la retórica como arma en su campaña para difundir las ideas de libertad religiosa, y participación en el gobierno.
En los siglos XVIII y XIX, las universidades de Europa y América comenzaron a dedicar departamentos enteros al estudio de la retórica. Un período de transición, marcado por un lado por el derrumbe de los pilares religiosos y morales sobre los que se asentaron las estructuras políticas y sociales europeas.
Y por el surgimiento de nuevas condiciones de vida y pensamientos que otorgan a las multitudes un poder que hasta ahora no habrían soñado con tener. Poder que en el pasado, se limitaba a reyes, nobles y altos cargos de las distintas sectas religiosas.
Esta ruptura entre el viejo mundo en ruinas y la nueva era nos revela que se ha producido un cambio radical en la mente de las personas. La revolución francesa fue quizá el primer paso en esta dirección.
A finales del siglo XVIII, en mitad de un período de hambrunas debidas a malas cosechas, un frío atroz, y ceniza producida por la erupción de un volcán Europeo, fueron el caldo de cultivo perfecto para forzar un cambio del sistema feudal.
El sistema feudal se mantuvo como el principal en gran parte de Europa, aparte de ciertas zonas como Venecia, y ciertas zonas del sur de Francia hasta que lo anexaran a la fuerza, desde que el emperador romano Diocleciano lo pusiera en práctica como una forma de luchar contra la inflación, y el caos al que se enfrentaba el imperio romano durante el siglo III D.C.
Pero un sistema creado para lidiar con una época de gran caos a nivel militar y una población dividida entre la nobleza y el resto, no fue suficiente para lidiar con la reacción química entre condiciones ambientales pésimas, y una creciente clase media que contaba con educación y poder financiero pero sin ninguna voz en el gobierno.
Todo esto unido a un monarca un poco indeciso, y un enorme déficit económico, debido a la participación en la guerra de independencia de estados unidos y que ni la iglesia ni los nobles pagaran impuestos, resultó en que el estado no se pudiera permitir distribuir pan para mantener a la gente apaciguada, una estrategia que lleva funcionando desde la era de los emperadores. El resultado de todos estos factores, fue una de las revoluciones más famosas de la historia, y la que marcó el comienzó para una era de revoluciones por toda Europa y América.
Desde la revolución las revueltas de 1848 por toda Europa. Revoluciones que vieron el renacimiento de Hungría, la unión de toda Italia bajo un único monarca, el nacimiento de Alemania como la conocemos hoy en día, el nacimiento del Marxismo y el Socialismo.
Una etapa en la que nadie sabía que podía pasar ni cuando. Una etapa en la que estar en el poder ya no dependía de las causas que tuviéramos, de los poderes tradicionales, la religión o cualquiera de los que marcó una diferencia hasta el momento. A partir del siglo XIX, mandaba quien tuviera a “la masa” detrás.

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