Hoy en día, sin embargo, el conocimiento se ha vuelto más accesible, más abundante, más global y más complejo

En 1995, los autores Hirotaka Takeuchi y Ikujiro Nonaka publicaron su influyente libro The Knowledge-Creating Company. Explicó las prácticas comerciales detrás de algunas de las empresas con más éxito de Japón. 

En el corazón de ese libro estaba la gestión del conocimiento. Explicó cómo las empresas pueden aprovechar tanto el conocimiento explícito, como estadísticas y datos, como el conocimiento tácito, el tipo de información que obtenemos a través de la experiencia. Hoy en día, sin embargo, el conocimiento se ha vuelto más accesible, más abundante, más global y más complejo. 

Como resultado, debemos centrarnos en cómo aprovechar y utilizar ese conocimiento de forma más inteligente.  Hay tres problemas principales que enfrentan las empresas hoy en día. A pesar de la abundancia de conocimientos, las empresas siguen fracasando. 

Incluso los que alguna vez fueron grandes titanes como Kodak, Circuit City y General Motors se han puesto de rodillas. Hay tres razones para esto. La primera es que muchos ejecutivos confían  en el conocimiento explícito, como datos, números y fórmulas analíticas. Este tipo de conocimiento podría decirle a una empresa de coches qué puntos de precio desea un cliente. 

Pero dice poco sobre las características y la experiencia que el cliente desea. Más concretamente, el conocimiento explícito no ayudará a las empresas a navegar el cambio. Por un lado, carece de contexto. Lleva a muchos ejecutivos a pensar que existen soluciones únicas para todos. Las empresas deben entender los fenómenos sociales, y eso es difícil de hacer si solo se miran los números. 

En segundo lugar, las empresas deben pensar en el futuro que quieren crear. Para tener éxito y ser sostenibles, las empresas deben reconocer lo que son: entidades sociales. Las empresas tienen un impacto social, y esto debe ser considerado como parte de la misión. 

Tomemos como ejemplo al fundador de Honda Motor, Soichiro Honda. Cuando estaba desarrollando motores de bajas emisiones, se jactó de que la misión era vencer a los Tres Grandes, Ford, GM y Chevy. Pero luego escuchó que sus ingenieros tenían una misión diferente: desarrollar motores que hicieran del mundo un lugar mejor para sus hijos. 

Honda sabía que sus ingenieros tenían razón. Se sintió avergonzado de haber anunciado su retiro. Esto nos lleva a la razón final, la necesidad de líderes sabios. Los líderes sabios son los que pueden contextualizar lo que pasa en el: y ahora y tomar la acción correcta sin dudarlo. 

Sobre todo, los líderes sabios pueden ofrecer un valor superior a sus clientes a la vez que lideran un negocio responsable de forma ética, uno que existe en armonía con la sociedad.

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