Garret Hardin y su primera ley de la ecología

En 1963, el ecologista y economista de la Universidad de California en Santa Bárbara, Garrett Hardin, propuso su Primera Ley de la Ecología: 

«Nunca hacemos una única cosa». 

El mundo consta de múltiples conexiones superpuestas, como una red, en la que cada nodo está unido a una infinidad de elementos. Solemos creer que tenemos una comprensión del conjunto, pero no podríamos estar más lejos de la realidad.

Nuestro conocimiento como especie es limitado, y el conocimiento como individuos lo es aún más. Sin importar cuanto nos preparemos siempre habrá información a la que no tenemos acceso, pero en lugar de aceptarlo y proceder con cuidado, nos armamos de confianza vacía.

El resultado, es que tomamos decisiones cuyos errores descubrimos años después, en algunos casos irreparables. Como dice Hardin, sin importar lo pequeña que sea nuestra acción, o lo poco que creamos que afecta a otras personas, el efecto mariposa se encargará de demostrar que nos equivocabamos.

Nuestro trabajo es aceptar que toda decisión cuenta con sus riesgos y tomar las medidas necesarias para reducirlos al máximo, sin dejarnos llevar por nuestro ego. 

El pensamiento de segundo orden es una herramienta, que demuestra que si no se consideran «los efectos de los efectos», en realidad no se puede afirmar que estamos pensando en absoluto.
“Dejemos de presumir, porque es imposible que alguien empiece a aprender lo que cree que ya sabe” – Epicteto (Discursos/Enquiridión)

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