El sesgo Cognitivo o Bias del poder

El sesgo o bias del poder hace referencia al aumento del efecto del ego sobre la toma de decisiones y la reducción de la importancia que damos a las opiniones de los demás cuando creemos que tenemos poder.

El exceso de confianza en nuestro criterio puede aumentar el riesgo asociado a cada decisión sin que nos demos cuenta. Varios artículos científicos han demostrado que la calidad de las decisiones se ve perjudicada cuando la gente valora en exceso sus creencias y deja de lado los consejos de los demás. Se ha visto que es más probable que las personas de “más poder” tiendan a equivocarse, que en el caso de las personas de “menos poder”.

Las personas de “menos poder” se acercaban más a la respuesta correcta al aceptar las ideas de otros, y con ello equilibrar el efecto de sus bias. Esto indica que cuanto más poder creamos que tenemos, más fácil es que nos equivoquemos sin darnos cuenta. Y por lo tanto indica que las organizaciones han de tener más cuidado a la hora de gestionar su estructura de decisiones.

La información de los demás ayuda a reducir el efecto de nuestros bias. Todo lo que creemos saber depende de nuestros sesgos cognitivos, y la única forma de evitarlo es conseguir información de personas con distintos sesgos. Cuando juntamos la información de personas diferentes podemos reducir el número de “puntos ciegos” en nuestra recopilación de información.

Cuantos menos puntos ciegos haya, más se acercará nuestra información a la situación real y por lo tanto menor será el riesgo oculto asociado a cada decisión. 

Cómo reducir el efecto del bias o sesgo del poder

A nivel de organizaciones, el principal consejo es añadir las opiniones e ideas de otras personas en las etapas tempranas del proceso, de forma que los individuos en posiciones de poder tengan acceso a más información antes de poder decidir. Otra forma es evitar que los líderes comenten sus opiniones de forma pública, porque inclinaría la balanza en esa dirección.

A nivel de mentalidad, podemos reducir el efecto cambiando la percepción de poder. Cuanto más se acerca alguien a lo que quiere conseguir más probable es que se encierre en sus propias ideas y opiniones. Mantener la mentalidad del “challenger” genera el hambre necesario para olvidar del ego, aprender y crecer.

Otra estrategia es ponernos objetivos más grandes, también conocido como pensar en grande. Cuanto más grande sea el objetivo y cuanto más alejados estemos, menor es la probabilidad de que se nos suba a la cabeza.

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