El Peligro de la Información sin Contexto

Al aprender de jóvenes que el mundo funciona usando respuestas correctas, desarrollamos la tendencia de usar siempre la misma solución para nuestros problemas, sin pensar siquiera en si la solución realmente ha funcionado porque resuelve la esencia del problema o si solo ha funcionado para solucionar algunos de los síntomas del problema.

El instituto nos enseña a buscar soluciones dentro de lo que hemos memorizado y castiga la búsqueda de nuevas soluciones basadas en la síntesis de conocimiento, algo que según Charlie Munger es la clave de la mediocridad, y con el tiempo convertimos esta forma de pensar en instinto.

Pero la información sin contexto, es decir comprensión de la esencia, tan solo significa que iremos acumulando problemas sin resolver a los que tendremos que dedicar más recursos de los necesarios y por lo tanto causando ineficiencias.

A nivel personal estas ineficiencias pueden no ser un problema tan grande, pero a nivel de organizaciones estas ineficiencias se convierten en pérdidas de capital, pérdidas de ventajas de mercado y con el tiempo en la caída de la empresa.

Un ejemplo del campo del management son las situaciones en las que hay retrasos con los proyectos y en las que para solucionarlo se aumenta el número de personas en el proyecto. 

El problema de esto es que no es una solución que se deba usar a largo plazo, ya que implica que esas personas no están haciendo otras tareas y que por lo tanto estamos solucionando un problema hoy para crear uno mañana. 

Esta tendencia a usar soluciones que simples para problemas complejos sin entender el problema real se debe a lo que se conoce como el bias de reducción, que se basa en simplificar en exceso un problema y ofrecer una solución que no acaba de eliminar la posibilidad de que se repita y que por lo tanto implica una falta de comprensión del problema.

Un ejemplo muy claro de bias de reducción es la búsqueda constante de nuevas dietas, nuevos ejercicios y nuevos “hábitos y rutinas” de personas que han conseguido algo que queremos, sin entender que esto es tan solo una faceta de su éxito y que la única forma de conseguirlo nosotros es base de, como dijo Rooselvet en su The Man in The Arena, tenemos que ser la persona que lucha, aun con riesgo de perder y fracasar, en lugar de ser aquel que da consejo sin hacer.

Por eso, debemos dejar de intentar solucionar los problemas basándonos únicamente en lo que ha funcionado hasta ahora y usar el método científico para desarrollar una verdadera comprensión del contexto de cada problema.

En el campo del management esto se puede conseguir buscando una mejor comprensión de aquello con lo que trabajamos. ¿Que hace a este proyecto especial? ¿Cuál es el objetivo final y que necesitamos para lograrlo? ¿Qué acciones podemos tomar y por qué? ¿Cuales son las recomendaciones del sector? ¿Qué recomendaciones hemos probado y funcionan? ¿En qué contexto funcionan?

Hoy en día nuestra búsqueda de la solución es tan desesperada que estamos dispuestos a aceptar casi cualquier cosa que nos  digan sin pensar realmente en si funciona o no, y sobre todo en qué contexto funciona y hasta qué punto podemos replicarlo.

De la misma forma que no podemos conseguir los resultados de un experimento a menos que reproduzcamos todas las condiciones, tanto los compuestos de interés, como los medios para el experimento, tampoco podemos esperar conseguir los mismos resultados a nivel físico, económico y mental, sin entender qué exactamente permitió que sucediesen.

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