El modelo mental de los principios base

El empresario tecnológico Elon Musk tenía un problema: uno de €20 millones, quería lanzar una empresa espacial para seguir su sueño de establecerse en Marte. Pero no podía permitirse un solo cohete. Las empresas aeroespaciales que los construyeron subcontrataban el trabajo a subcontratistas, quienes a su vez subcontrataban a otros, creando una especie de cadena de intermediarios que solo aumentaba el precio. 

Todos esos márgenes se sumaron a un artículo ya costoso, haciéndolo inalcanzable. Musk estaba a punto de darse por vencido cuando tuvo una revelación. Se preguntó qué le permitía ir al espacio. La respuesta fue un cohete. ¿Y qué forma un cohete? Materias primas. 

Después de algunos cálculos, Musk descubrió que esos materiales cuestan solo el 2 por ciento del precio promedio de un cohete. Y si Musk hiciera la mayor parte de la fabricación internamente, tendría un control mucho mayor sobre la calidad y el presupuesto. Musk podría empezar a trabajar para lograr su sueño. 

La vida está llena de rutinas y rituales que seguimos sin cuestionarnos. Nos levantamos a la misma hora, tomamos la misma ruta al trabajo y almorzamos lo mismo. Esto tiene un propósito, simplemente no tenemos el tiempo o el espacio mental para analizar cada decisión que tomamos. 

Pero cuando seguimos ciegamente rutinas obsoletas, terminamos dando prioridad al proceso por encima del resultado. En lugar de cuestionarnos si existe una forma mejor de hacer algo, nos quedamos atrapados en hábitos que obstaculizan las ideas originales. 

Podemos liberarnos de las rutinas restrictivas abrazando a nuestro ingeniero espacial interior. Los científicos espaciales utilizan el pensamiento de principios base. Este método nos pide que cuestionemos sistemáticamente todos los aspectos posibles de una situación, hasta llegar a una verdad indiscutible. Por ejemplo, que necesitamos materias primas para construir un cohete. 

Durante este ejercicio, deje de lado todas las suposiciones sobre lo que se ha hecho en el pasado. Esto nos llevará más allá de los límites establecidos, como creer que solo las agencias espaciales financiadas por el gobierno pueden permitirse cohetes. De esa forma, entramos en el reino del pensamiento innovador. Para identificar qué procesos desafiar con el pensamiento de los primeros principios, reflexionemos sobre por qué hacemos algo de cómo lo hacemos. Al justificar nuestra respuesta, es mejor asegurarnos de que nuestra explicación se relacione con nuestras circunstancias actuales, no con lo que creemos que es cierto o nos han dicho otras personas. Al igual que Musk, podemos descubrir que al forjar nuestro propio camino, podemos lograr ese objetivo ambicioso.

Descubre nuestros mejores artículos en tus redes favoritas

Domina lo mejor de lo que otras personas han descubierto

Únete a Nuestra Newsletter y descubre las mejores ideas, conceptos y prácticas de una amplia gama de disciplinas.