De la misma forma que cuando nos interesa alguien e intentamos entablar conversación estamos deseando que esa persona sea la que buscamos y cumpla con nuestros ideales, cuando vamos a una entrevista de trabajo el entrevistador espera que cada uno de los participantes sea la persona que desean.
Para cualquier empresa el proceso de contratar es un proceso costoso tanto en tiempo como en energía. Implica dedicar tiempo y personal a poner la oferta, cribar decenas, cientos o miles de curriculums. Elegir de entre ellos aquello que parecen cumplir con los requisitos. Dedicar días o semanas a entrevistarles, y después pasar a las personas seleccionadas por un periodo de prueba de semanas o meses, al final del cual podría no funcionar y tener que volver a empezar.
Por lo tanto, cuando vamos a una entrevista, lo primero que debemos entender es que la otra persona está bajo presión. Quieren acertar, y acertar lo más rápido posible, porque elegir a la persona adecuada también afectará a la evaluación de los entrevistadores dentro de la empresa. Y para colmo, muchos entrevistadores son novatos a quienes les ha tocado hacer el trabajo por primera vez, y por lo tanto no saben exactamente lo que buscan, o personal de recursos humanos, que muchas veces carece del conocimiento técnico para evaluar las habilidades de los participantes.
Esto significa que nuestro trabajo cuando vamos a cualquier entrevista de trabajo es entender el contexto y ofrecer la información que sabemos que buscan los entrevistadores, así como acercarnos el máximo posible al tipo de persona que consideran ideal para la posición.
Debemos informarnos sobre la empresa, los entrevistadores, y los requisitos de la posición. De forma que podamos facilitarle el proceso al entrevistador al máximo, y con ello multiplicar nuestras posibilidades de ser elegidos. Si entendemos esto, el proceso pasa de una batalla entre candidatos por una posición, a una colaboración con el entrevistador para conseguir el objetivo de ambos.
El lapso de atención
Los empleadores también se encuentran bajo presión al contratar. Una mala decisión cuesta dinero en forma del salario que ha de pagar cuando el empleado si le tiene que despedir, así como el tiempo necesario hasta que se acostumbre a su nueva posición, durante el cual no rinde tanto como se espera sin tener en cuenta que se suele requerir a alguien para enseñar cómo funciona todo.
El resultado es que al final les cuesta diferenciar a cada candidato y se hace cada vez más difícil saber qué es lo que buscan. Además, en muchas ocasiones la persona que hace la entrevista puede no ser la persona que entiende las necesidades reales de la posición que se quiere llenar. Por eso la estrategia de 60 segundos puede ayudar, se basa en entender la situación del entrevistador y facilitarle el proceso con respuestas concisas de 60 segundos o menos.
Cada vez esperamos recibir información con más velocidad, nos hemos acostumbrado a noticias que duran segundos, mensajes de 140 caracteres y a buscar algo que nos ofrezca recompensas instantáneas en todo momento.
Tener esto en cuenta nos permite entender porqué debemos responder de forma clara y directa. Hacerlo reducirá la fricción del proceso de contratar para el entrevistador, siempre tienen el miedo constante a equivocarse, y al responder exactamente a lo que preguntan podemos reducir ese miedo.
La gente se sorprende al saber que los entrevistadores pueden hacerles una hora de preguntas y no escuchar ninguna de las respuestas. ¿Por qué? Porque no están atentos. Están cansados, distraídos y aburridos y sienten que el candidato es la elección equivocada, que no puede hacer el trabajo.
La mayoría de las entrevistas terminan antes de que realmente comiencen. Capte de inmediato la atención del empleador y haga que se sintonice con usted como un verdadero candidato de primer nivel.
Normalmente, la primera pregunta que se le hace en una entrevista es Cuénteme sobre usted. Preguntas como Hábleme de usted mismo requieren un breve resumen que indique sus habilidades más vendibles, no una historia de vida.
Otras preguntas como ¿Por qué debería contratarlo? Esta pregunta le pide que convenza al empleador para que lo contrate. Otras consultas aplicables incluyen: ¿Cuáles son sus puntos fuertes? ¿Qué le hace pensar que está calificado para este trabajo? ¿Qué le hace pensar que tendrá éxito en este puesto? ¿Porqué quieres este trabajo?
Son preguntas que deben responderse de acuerdo a las necesidades más importantes de ese empleador y aquellas de nuestras habilidades que permitan satisfacerlas. Pensar de esta forma nos permite retomar el control de la entrevista y hacer que el empleador reconozca el tipo de habilidades y contribuciones que aportará al trabajo y a la organización.
Para poder ofrecer respuestas concisas, debemos empezar por saber que queremos decir, y por lo tanto empezar por una comprensión de nuestras características y habilidades, y cuales de ellas son las más adecuadas para el trabajo en cuestión.
Podemos conseguir una respuesta adecuada si seguimos los siguientes pasos:
Examine su experiencia previa. Escriba las responsabilidades principales de cada trabajo que ha tenido. Tenga en cuenta los logros especiales. Concéntrese en sus fortalezas laborales importantes, esas habilidades en las que sobresale y es más productivo.
Verifique con sus contactos y use su red para obtener la mayor información posible sobre el empleador, la empresa y las necesidades del puesto. A veces, habrá poca información disponible y tendrá que adivinar basándose en su conocimiento general sobre cómo realizar el trabajo.
Después de revisar las necesidades del empleador y del puesto, determine cuál de sus habilidades y qué aspectos de su experiencia serán más importantes para el empleador.
Una buena idea, es centrarnos en las 5 mejores habilidades para el trabajo que a su vez nos permitan destacar de la competencia. Entender cuales son, y asegurarnos de mencionarlas a lo largo de la entrevista nos permitirá tener una brújula para guiarnos por el proceso, y darle focos a los que dedicar su atención para facilitarle el trabajo al entrevistador
Algunos ejemplos de habilidades/elementos que podrían mostrar nuestro atractivo son:
- Experiencia profesional, tiempo y empresas en las que hayamos trabajado
- Ejemplos de nuestro trabajo
- Habilidades que sean específicas para el proyecto al que aplicamos
- Habilidades interpersonales
- Idiomas
Las habilidades que mencionemos han de adaptarse a la posición en la que queremos entrar en concreto, de forma que podamos demostrar nuestro interés.
Antes de cada entrevista de trabajo,debemos personalizar nuestra lista de habilidades para reflejar las responsabilidades del trabajo, así como las metas y objetivos de la empresa. Estos cinco puntos son los bloques de construcción básicos para responder las preguntas del entrevistador. Querrá recalcar cada uno de estos puntos cada vez que se presente la oportunidad. El mensaje que escuchará el empleador es que usted tiene la capacidad de desempeñarse bien en el trabajo, y le dará confianza a su posible jefe para contratarlo.

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