El efecto exposición, o la clave de la economía de la atención

El efecto del sesgo o bias de exposición hace referencia a la tendencia a que nuestra estimación de la probabilidad real de eventos “poco frecuentes” se vea distorsionada. Solemos pensar que son mas o menos probables de lo que son realmente. 

Un ejemplo es la importancia que le dan las noticias a los ataques terroristas cuando pasan, lo cual nos lleva a pensar que son mucho más comunes de lo que son realmente. Y un ejemplo del caso opuesto es como se tratan las situaciones de guerra, la poca importancia que le dan las noticias nos lleva a asociarle menos importancia relativa comparado con su probabilidad real.

El objetivo de ambos mecanismos es simplemente reducir el aburrimiento debido a exceso de información, de forma que en principio se supondría que la información más reciente y a la que solemos tener acceso de forma frecuente debería ser la más importante, o al menos la que necesitaremos con más velocidad normalmente. 

Esto lo hace un mecanismo de gran utilidad para la vida cotidiana, sería un problema olvidar cómo usar el microondas cada vez que queremos preparar té, pero de gran riesgo para la toma de decisiones con riesgos ocultos o, a las que nos enfrentamos por primera vez.

Un ejemplo de uso práctico de este concepto es el de la economía de la atención tiene tanto poder sobre nosotros. Al asumir que las memorias más fáciles de recordar son importantes, nos dejamos llevar sin entender que lo que es más fácil de recordar es lo que más nos han enseñado en las redes sociales y por lo tanto su correlación con su grado de utilidad es normalmente nula.

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