¿Cómo podemos aumentar nuestras probabilidades de éxito en los negocios según Sun Tzu?

Consideremos un río deslizandose por la ladera de una montaña. Todo a su paso es arrastrado. Pero, ¿de dónde viene su poder? La respuesta, según Sun Tzu, es que un río siempre fluye cuesta abajo y nunca cuesta arriba. Debemos evitar las fortalezas de nuestros adversarios mientras atacamos sus debilidades. 

Muchas empresas buscan dominar su mercado imitando o atacando los productos o capacidades más fuertes de sus competidores. Si un competidor es conocido por precios bajos o fabricación de alta calidad, estas empresas se esfuerzan por ofrecer precios aún más bajos o producir productos de mayor calidad. Esto puede parecer una estrategia prometedora.

Pero para ver sus inconvenientes, consideremos la historia de AT&T. Los ejecutivos de AT&T notaron que otras compañías de comunicaciones se estaban diversificando con éxito en la industria de los ordenadores a principios de la década de 1980. Como resultado, decidieron imitar a sus competidores y comenzaron a desarrollar sus propias computadoras. 

La idea era que si IBM y Hewlett Packard podían hacerlo, ¿por qué nosotros no? Sin embargo, esta estrategia resultó ser un grave error de juicio. A pesar de sus instalaciones y enormes recursos, AT&T no pudo capturar una parte significativa del mercado de ordenadores de sus competidores. Ocho años después, había perdido miles de millones de euros y despedido a miles de empleados. 

Cuando atacamos las fortalezas de nuestros competidores, es casi seguro que terminaremos peleando una batalla cuesta arriba, similar a un río que intenta fluir contra la gravedad. Nuestra batalla por el dominio del mercado durará años y, independientemente del resultado, nuestros recursos y nuestra moral seguramente acaben peor de lo que nos habría gustado. Un ejemplo histórico de esto son la mayor parte de guerras entre países de un tamaño similar, los políticos asumen que la guerra sera sencilla y que tendrán una victoria rápida, pero en la mayoría de los casos acaba alargandose, produciendo perdidas de recursos y personal, y con crisis económicas. 

Para evitar este destino, debemos gravitar hacia los defectos de nuestros adversarios. Encontrar el eslabón más débil en su cadena de valor y explótarlo sin piedad. Así es como muchas corporaciones japonesas, como Toyota, Sony y Honda, se convirtieron hoy en día en los dominadores del mercado global. Después de reconocer que sus competidores estadounidenses carecían de calidad de fabricación, priorizaron la fabricación de alta calidad.

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