Ya sea que estemos haciendo malabarismos con nuestras responsabilidades como padres, o en una misión para cumplir objetivos trimestrales en el trabajo, un factor que se interpone en el camino es el tiempo. Parece que nunca hay suficiente, y muchos de nosotros no somos tan buenos administrando lo poco que tenemos.
Nadie quiere pasar más horas en el trabajo o perder el sueño intentando terminar sus tareas, y según el autor, es posible tachar todo en nuestras listas de tareas pendientes en el tiempo e incluso aumentar el tiempo que tenemos para ocio.
La mayoría de nosotros administramos nuestra carga de trabajo, por ejemplo, intentando completar individualmente cada tarea a medida que se presenta. Rápidamente se forma un patrón donde abandonamos una tarea cuando el jefe nos informa sobre algo nuevo que necesita atención, que luego abandonamos porque un compañero necesita ayuda con otra. Este enfoque está lejos de ser efectivo.
Nos costará terminar cualquier cosa y nos sentiremos cada vez más frustrados por el rastro de tareas incompletas. Para remediarlo, primero debemos entender que no todo es urgente, y mucho menos importante. Al tomarnos el tiempo para averiguar en qué parte de nuestra lista de prioridades debe ubicarse una tarea, podemos crear un plan de acción que nos permita completar las tareas.
Para hacerlo, el autor nos recomienda hacer una lista de las cosas que tenemos que hacer y clasificarlas según su importancia y urgencia. Esto se conoce como la Matriz de Eisenhower, y es un sistema de clasificación que divide las tareas en cuatro tareas de acuerdo a los factores de importancia y urgencia.
Lo ideal, es dedicar nuestro tiempo principalmente a las tareas que son importantes y urgentes, y solo entonces dedicar tiempo a las que son importantes. Si una tarea no es importante pero es “urgente” seguramente solo creamos que es urgente, y que nos sirva sobre todo como una forma de “escapismo”.
Entender nuestras metas, evita que pasemos más tiempo del necesario perdidos, o que sigamos en una dirección solo para arrepentirnos. Empezar una empresa es una estrategia que nos da una herramienta para cumplir algo que queremos, no es un fin en sí. Por lo tanto, debemos escoger el fin para el que queremos usar esta herramienta.
El primer paso entonces es entender que queremos lograr y crear metas a corto y largo plazo que nos acerquen al objetivo final. Es normal no saber exactamente que queremos al principio, pero siempre es útil tener un punto de referencia con el que podamos comparar y corregir.
Las metas son una declaración precisa de su visión, y establecer metas significa señalar todos los esfuerzos que debe poner para lograr el resultado deseado.
Una fórmula que puede usar es la del método de objetivos S.M.A.R.T cuyas siglas hacen referencia a las siguientes palabras en castellano:
- Específico: escriba una meta claramente definida y una lista de los pasos de acción necesarios para alcanzarla.
- Medible: usted y los demás deben poder ver fácilmente cómo está progresando, en cada paso del camino.
- Alcanzable: su objetivo puede estar lejos de donde se encuentra ahora, pero ciertamente es factible.
- Realista: establezca metas y objetivos razonables que pueda esperar lograr confiando en sus esfuerzos.
- Dirigido: sepa exactamente hacia dónde se dirige y cómo va a llegar allí, y defina las consecuencias y las posibles recompensas para anticipar la realización de la meta.

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