Bias de disponibilidad y la intuición

El hecho de que el bias de disponibilidad, nuestra tendencia a usar la experiencia que tenemos como base para tomar decisiones rápidas, sin tener en cuenta la información del momento, nos pueda dar problemas, no significa que la intuición no tenga utilidad, simplemente significa que para sacarle más partido a la intuición debemos entender cuáles son sus límites.

La pregunta que debemos hacernos no es si podemos fiarnos de la intuición sino:

¿Hasta qué punto podemos fiarnos de la intuición?

Según Daniel Kahneman, en una conversación con Mauboussin, la clave está en que nuestra confianza en nuestra intuición no está relacionada con la validez de nuestra respuesta

La confianza puede parecer un indicador de validez, pero en realidad no deberíamos usar la confianza como un baremo de validez sino que la confianza debería nacer como resultado de crear los pasos necesarios para demostrar la validez.

De esta forma es a veces más importante saber de qué campo estamos hablando, que saber cuán expertos nos consideramos, otro bias es el del efecto Dunning-Krugger que también debemos tener en cuenta porque enmascara nuestra propia inexperiencia.

En campos como el de la bolsa, u otros en los que aún no tengamos las herramientas para acabar de entender las leyes que gobiernan los fenómenos, no podemos hacer caso a nuestra intuición, ya que no sabemos cuales son los input que pueden llevar a una respuesta correcta.

En su lugar, concentrarnos en hechos e información relevante, puede mejorar nuestra posibilidad de acertar. En cambio en otros campos como el de la química o la ingeniería, en los que se suele trabajar con modelos altamente testeados y funcionales, si que podemos hacer uso de la intuición y seguramente nos puede ayudar a acelerar el proceso.

La intuición es algo que podemos usar, y que muchas veces será hasta beneficioso siempre que el riesgo asociado a la decisión sea bajo, pero siempre dependera del campo en el que trabajemos.

Para poder usar la intuición en un campo, este ha de presentar ciertos patrones regulares que podamos usar como señal, de forma que no solo han de existir, sino que hemos de demostrar que los podemos detectar y que son suficientes como para acertar.

Una regla que recomendaría a nivel personal, que podría cambiar en un futuro y sobre la que me gustaría saber la opinión de otras personas, es que no podemos hacer uso de la intuición hasta que hayamos hecho al menos 15 experimentos en los que hayamos podido acertar el resultado.

Esto no significa que vayamos a tener una intuición infalible, pero sí que significa que al menos tendremos un número de experimentos suficientemente grande como para empezar a hacer uso de la ley de los grandes números sin gastar un exceso de recursos. 

Claro está, este número puede cambiar según el campo, pero en el caso del marketing y en concreto el SEO he visto que con este número se pueden sacar conclusiones más o menos funcionales. Que en caso de ser correctas se pueden pasar a testear al nivel de los cientos para acabar de demostrar o denegar.

Es muy fácil caer preso de los bias, en este caso el de disponibilidad y el Duning-Krugger effect, por lo que siempre debemos ir con cuidado, medir los riesgos asociados y si son altos, decidir únicamente una vez que hayamos hecho un análisis concienzudo.

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